jueves, 15 de abril de 2010

La investigación y el Juicio



La investigación:

WorldCom ha sufrido una enorme catástrofe debido a malversaciones contables. Se ha investigado sobre una supuesta alteración de asientos contables por parte de Ebbers. La investigación sostiene que WorldCom se ha mantenido sobre una burbuja inflada con dinero inexistente. Esto quiere decir que Ebbers ha buscado “tapar agujeros”

Además se detalla que existieron reuniones en donde se decidió, junto a algunos malos directivos, inflar de 6% a 12% anual el aumento de ingresos para el tercer trimestre de 2001.

Richard Thornburgh elaboró[o informe donde afirma que Ebbers hacía uso ilegal de informaciones reservadas, y que también vendió acciones por 70 millones de dólares a fines en diciembre de 2000, antes de que WorldCom ingrese a ese abrupto descenso de ingresos.

Los movimientos contables y financieros de WorldCom estaban a oscuras e incluso existían algunas cifras multimillonarias que eran aprobadas tras solo minutos de discusión, situación que resulta muy extraña por la facilidad de su aprobación. Los directivos y alto mando de WorldCom hacían retoques por su cuenta de manera que se ajustaban los asientos contables sin consultar a la junta, peor que finalmente contaban con una autorización formal.

El juicio:


El juicio dio a entender que Ebbers era un hombre demasiado obsesionado en el recorte de costos, capaz de eliminar servicios personales que le resultaban gastos de millones de dólares.

Tras una investigación hacia la vida de Ebber, trascendió que este había crecido por su propia cuenta. Esto quiere decir, que su base no eran estudios ni capacidad administrativas importantes, sino habilidades naturales para delegar funciones es lo que le había permitido escalar tan alto.

Sin embargo lo que llamaba mucho la atención era esa gran contradicción que existía entre su ignorancia y la gestión tan exitosa que hasta entonces había desempeñado, Ebber solo afirmaba “Sólo sé lo que no sé”. En todo momento Ebber negó conocer los reajustes de los asientos contables, y sostenía que la culpa y responsabilidad eran del jefe financiero Scott Sullivian. Ebbers se sentía obligado a limpiar su imagen de presidente y salir lo más pronto posible del problema para no perder autoridad como o presidente. Es por ello que entró dentro de esta tormenta de corrupción.

Existían montos de 77 millones de dólares en efectivo y 450 millones de dólares en créditos mientras los accionistas perdían más de 180 millones en valor de sus tenencias.

Finalmente Ebbers había recibido prestamos denominados “blandos” por 400 millones de dólares mientras WorldCom acumulaba asientos falsos e inflados por 9 000 millones de dólares.

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